En nuestra sociedad observamos como cada vez mas el parto deja de ser un suceso, un evento que forma parte de la fisiología del cuerpo de la mujer, para convertirse en un proceso. Uno de los pocos monopolios de la mujer, parir y ayudar a otras mujeres a parir, ha sido cada vez mas recortado por la intervención médica. Así, la tecnología y los procedimientos diseñados para resolver problemas en los casos de partos complicados, se emplea de manera indiscriminada y rutinaria en mujeres sanas con partos que deberían ser considerados normales.
A mediados de los años ochenta la Organización Mundial de la Salud (OMS) propuso como estándar para los nacimientos por cesárea la cifra máxima de 15%. En México, el incremento de los partos quirúrgicos ha crecido tanto, que para muchas personas y profesionales la cesárea constituye la forma "natural" de nacer hoy, considerando además, que es más seguro parir por cesárea que por parto vaginal, lo que coloca a México en los primeros lugares del mundo en tasas de cesáreas.
En el estudio “Las cesáreas en México: tendencias, niveles y factores asociados” publicado por el Instituto Nacional de Salud Pública en 2004 * encontramos que las cesáreas en México se han incrementado considerablemente y que los niveles alcanzados superan con mucho el estándar fijado por la OMS. Los investigadores han sugerido que algunos ginecólogos, han creado una demanda de cesáreas entre las mujeres de los grupos socio-económicos más favorecidos. Este tipo de demanda se asocia a falta de información y a una muy poca participación de las madres en las decisiones relacionadas con sus partos.
Como plantea este estudio, una de las razones para las elevadas tasas de cesáreas en México, es la falta de información y la poca participación de las mujeres en las decisiones sobre sus partos. Desde el inicio de sus embarazos muchas mujeres sanas, jóvenes y con embarazos normales viven una experiencia de alarma y miedo inducida en muchos casos por el especialista, así como por el entorno familiar y social, con mensajes que en muchos casos distorsionan la información que reciben y las coloca en una posición de indefensión frente al sistema médico.
¿Qué pueden hacer las mujeres para lograr el parto que desean?
La mujer embarazada de hoy en México necesita por un lado información teórica y médica actual, real y completa y por otro lado, aprender a contactar con su sabiduría antigua, confiando y validando su sentido común, su instinto y su intuición.
La mayoría de las mujeres, sobretodo las primerizas, toman cursos de preparación para su parto; aun así, muchas de ellas terminarán en cesárea o con experiencias de parto poco satisfactorias y hasta traumáticas. Tal vez ha llegado el momento de cuestionar la efectividad real de algunos de estos cursos para que las mujeres puedan lograr partos más normales y agradables.
Pensando en el parto, todo lo que se aprende como una lección se olvida y no ayuda, pues las mujeres parimos con todo nuestro ser; en el momento del parto se activa la parte más antigua de nuestro cerebro y nos colocamos más que nunca en nuestra condición de mamíferos. Necesitamos, por lo tanto, cursos y espacios de trabajo que:
-Nos devuelvan la confianza en nuestros cuerpos.
-Nos ayuden a recuperar la dignidad del nacimiento de nuestros hijos, pues el parto es totalmente nuestro.
-Nos propicien el auto-descubrimiento y nos ayuden a validar nuestro sentido común.
-Nos provean de información precisa, actual y completa.
-Nos ayuden a “recordar” lo que nuestros cuerpos ya saben y que es nuestra capacidad innata para dar a luz.
-Nos guíen como primerizas en nuestra primera experiencia de embarazo.
-Nos ayuden a las multigestas a revisar, procesar y sanar nuestra experiencia previa para lograr el parto que deseemos, aún si es un parto vaginal después de una cesárea.
-Sean cursos de preparación /educación independientes, no alineados con la práctica de ningún centro hospitalario y que promuevan una actitud activa en nuestra toma de decisiones para nuestros partos. **
Cada vez más y más mujeres buscan y solicitan, como recomienda la Organización Mundial de la Salud, la existencia de unidades de atención obstétricas que no acepten ciegamente toda tecnología y que respeten los aspectos emocionales, psicológicos y sociales del nacimiento. Ha llegado el momento de que las mujeres validemos nuestros embarazos y nuestros partos como una profunda experiencia que va más allá de lo físico, le demos la atención y la importancia que merecen a nuestros aspectos emocionales, mentales y reconozcamos el impacto espiritual que ser madre tiene en nuestras vidas.
* Las cesáreas en México: tendencias, niveles y factores asociados: Revista Salud Pública de México / Vol. 41, n. 1, 2004
**Resumen objetivos del curso Dar a Luz en Conciencia
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